Pestaña

jueves, 7 de diciembre de 2023

Indulgencia Plenaria VIII centenario de la «Navidad en Greccio»

Con motivo del VIII centenario de la «Navidad en Greccio», la Penitenciaría Apostólica ha concedido Indulgencia Plenaria a todos los fieles que, desde el 8 de diciembre de 2023 (Solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Virgen María) hasta el 2 de febrero de 2024 (Fiesta de la Presentación en el Templo del Señor), visiten como peregrinos, cualquier Iglesia franciscana del mundo, en grupo o individualmente, cumplan con las condiciones habituales (Confesión Sacramental, Comunión Eucarística y oración según las intenciones del Sumo Pontífice) y participen devotamente en los ritos jubilares, o al menos se detendrán ante el Pesebre allí preparado, dedicando un tiempo adecuado a la piadosa meditación, concluyendo con el Padre Nuestro , el Símbolo de la fe y las invocaciones a la Sagrada Familia de Jesús, María, José y san Francisco de Asís y que podrán aplicar, a título de sufragio, también por las almas de los fieles que aún se encuentran en el Purgatorio
Los ancianos, los enfermos y los que por un motivo grave no pueden salir de casa, también podrán ganar la Indulgencia Plenaria con el arrepentimiento de todo pecado y con la intención de cumplir cuanto antes las tres condiciones habituales, participando espiritualmente en las celebraciones jubilares, con el ofrecimiento a Dios misericordioso de sus oraciones, los dolores y las molestias de su propia vida.

 

Oraciones a la Sagrada Familia y a San Francisco de Asís

Oh Buen Jesús, contemplando este Nacimiento/Belén, te pido la gracia del perdón de mis pecados. Tú eres el sol que nace de lo alto, hecho carne para iluminar a los que viven en tinieblas y en sombra de muerte. Tú pusiste tu morada entre nosotros y nos amaste hasta dar la vida por nosotros. No viniste a condenar al mundo sino a salvarlo. Dame la gracia del arrepentimiento sincero y la humildad de reconocer mi fragilidad. Dame fe en tu misericordia y renueva en mí el gozo de tu salvación.

María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, enséñanos la alegría de los humildes y de los que creen en las promesas del Señor. Ayúdanos a proclamar la grandeza del Dios que acompaña y salva a nuestra sufriente humanidad. Tú eres la aurora de una nueva creación. Tú eres Virgen hecha Iglesia, eres Madre de gracia y de misericordia. Escucha nuestra súplica con la ternura de tu corazón inmaculado.

San José, siervo justo y fiel del Señor. Tú eres custodio santo y generoso. No apartes tus cuidados de nosotros, peregrinos extraviados en busca de la patria verdadera. Protege a la Iglesia de las insidias del maligno y enséñanos a confiar en Aquél que entregó a su único Hijo para rescatarnos del pecado, del mal y de la muerte.

San Francisco de Asís, tú que tanto amaste al Cristo pobre y humilde que quisiste revivir en Greccio, con fe y devoción, la noche de su nacimiento en Belén, intercede por nosotros para que podamos contemplar con un corazón limpio la belleza de la encarnación del Hijo de Dios y la bondad de su mirada que nos llama a una vida nueva. Amén.