Fray Joaquín Zurera Ribó, ofm
A los hermanos de la Provincia, a las hermanas contemplativas OSC, OIC y TOR, A los hermanos y hermanas de la OFS, a las hermandades y movimientos franciscanos
Cante el corazón agradecido, se disipen las tinieblas para que sea la Luz la que habite entre nosotros, y emprendamos el camino: experimentar el encuentro con el Dios que se muestra en la debilidad de un Niño, a fin de ser testigos del mayor don recibido por la humanidad. Desde ahí, descubramos caminos nuevos que nos abran a Dios y nos hagan sentirnos humanos y hermanos:
El camino de la acogida: al Dios que se te ofrece, y centra tu vida en Él, para ser también acogedor de tus hermanos, especialmente de los que más sufren.
El camino de la delicadeza, de la ternura, del abrazo sincero, del vínculo que nos hace hermanos: las corazas se desploman cuando toca tu corazón la debilidad del Amor.
El camino de la Luz, frente a las tinieblas que ciegan y nos envuelven en una atmósfera que nos impide ver, reconocer y entablar lazos de fraternidad. Ilumina las tinieblas de mi corazón, Tú que eres la Luz y la Vida.
El camino de la humildad, de lo pequeño, pues «jamás queráis tener ninguna otra cosa bajo el cielo» (RegBul VI, 6), cuando se nos ha dado el mismo Hijo de Dios. Deja a un lado esa felicidad que erróneamente nos venden como llevar una vida acomodada e insensible al dolor del mundo y de la humanidad. Frente a nuestras justificaciones, recuerda que los pequeños y los pobres ensanchan el corazón para Dios.
El camino de la Paz, que nos trae el Salvador. Tenemos presente a nuestros hermanos en la Tierra de Jesús, quienes, por desgracia, vivirán una Navidad de soledad y de dolor. Los tenemos presentes y también buscamos ser portadores de paz al primer núcleo, el de la familia y el de la fraternidad, para que no sea una palabra vacía, cuando es la Palabra quien se hace carne.
Feliz Navidad, dedica tiempo a Dios, llénate totalmente de Él. Así, en medio de este tiempo en el que abundan los regalos, haz memoria del mayor regalo que se nos da en Belén en el Dios hecho hombre. Desde Él, haz de ti mismo también regalo para los demás, ábrete totalmente a Dios y así podrás ofrecer lo que eres, con el corazón agradecido, apasionado, en humildad y asumiendo tu propia fragilidad.
Madrid, a 22 de diciembre de 2023