Vigilia
Pascual
1. Las mujeres llevan los aromas a la tumba, pero temen que el viaje
sea en balde, porque una gran piedra sella la entrada al sepulcro. El camino de
aquellas mujeres es también nuestro camino; se asemeja al camino de la
salvación que hemos recorrido esta noche. Da la impresión de que todo en él
acabe estrellándose contra una piedra: la belleza de la creación contra el
drama del pecado; la liberación de la esclavitud contra la infidelidad a la
Alianza; las promesas de los profetas contra la triste indiferencia del pueblo.
Ocurre lo mismo en la historia de la Iglesia y en la de cada uno de nosotros:
parece que el camino que se recorre nunca llega a la meta. De esta manera se
puede ir deslizando la idea de que la frustración de la esperanza es la oscura
ley de la vida.