Este año en el que celebramos los 800 años de la recreación
del pesebre en Greccio, Francisco quiere volver a recrear ese Misterio.
¡Vamos con él a escenificar ese pesebre! Greccio han de ser nuestros
corazones donde se adore a Jesús, y se le vea en la pobreza y humildad del Niño.
Francisco nos invita a volver a mirar, necesitamos
mirar y dejar que ese Niño que no tiene posada en nuestro mundo pueda tenerla.
Abramos el corazón que es el pesebre donde El nacerá.
Que en esta Navidad Francisco vuelva a vivir en cada uno de nosotros
y que la Navidad sea “la fiesta de las
fiestas, en la que Dios, hecho niño pequeñuelo, se crió a los pechos de madre
humana”
La Navidad fue para Jesús, para María, para José, un
misterio de gozo y de dolor. Eso fue también para Francisco. Y eso es también
para nosotros que vivimos en este tiempo, el gozo de su venida y el dolor de
que nuestro mundo, en el que nos encontramos todos no lo reconoce. Francisco
contempla de alguna manera “con sus ojos”
al Niño nacido en Belén, pero también él quiere hacer esa escenificación “para contemplar lo que sufrió en su
invalidez de niño”.
Es Navidad, estamos en Greccio, vamos a poner todo lo
necesario, como Francisco en aquella Navidad.
Hay que “resucitar a ese Niño que yace muerto en los corazones” debemos encontrar el camino para que
Jesús despierte en el corazón de las personas de buena voluntad.
Se trata de que esta humanidad que camina sin Dios descubra
que el Señor camina con ella y lo descubra porque nosotros vamos con ellos y se
lo estamos mostrando con nuestra vida.
Os deseo una Feliz Navidad donde experimentemos la alegría
de que “comenzamos a ser salvos desde el día en que nació el Señor”
Vuestra
hermana y servidora
hna.
Isabel Cobo osc