Pestaña

lunes, 2 de marzo de 2020

Pascua de Sor Mª de la Purificación Gil-Bermejo Rojas

Fraternidad Ntra. Sra. del Valle, Zafra
21 de febrero de 2020

El pasado día 21 de febrero, descansó en los brazos del Padre nuestra querida hermana Sor Mª de la Purificación Gil-Bermejo Rojas, del Monasterio de Nuestra Señora del Valle en Zafra, Badajoz, a los 89 años de edad y 65 de vida consagrada.

Sor Mª de la Purificación nació en Olivares (Sevilla), el día 15 de mayo de 1931. Procedía de una familia muy cristiana, en la que había tenía dos tíos sacerdotes, hermanos de su madre, que tal vez influyeran en su vocación como Clarisa contemplativa, además de los Padres Franciscanos de Loreto (Espartinas), con los cuales ella tenía mucha comunicación.
Ingresó en este Monasterio de Hermanas Pobres de Santa Clara de Zafra, el día 2 de febrero de 1955, sin haber cumplido los 24 años de edad; Tomó el Hábito el día 6 de agosto del mismo año; hizo su Profesión Temporal el día 29 de agosto de 1956 y realizó su Profesión Solemne el 29 de agosto de 1959.
Su paso por nuestra Fraternidad fue humilde y sencilla, sin hacer “ruido”; pero disfrutando al hacer felices a las hermanas con las representaciones, ocurrencias y chistes como buena andaluza…
Fue un alma enamorada de Cristo y de su vocación Franciscana-Clariana viviéndola con alegría desbordante; Sobre todo, en nuestra dimensión misionera expresada por Santa Clara: “Te considero ayudadora y sostenedora de los miembros vacilantes de Cristo”. Acogiendo y escuchando a todas las personas que venían a pedir nuestras oraciones. Alma muy sensible, se emocionaba hasta las lágrimas ante las necesidades materiales y espirituales de las personas que acudían a nuestro Torno. Disfrutaba socorriendo materialmente a los pobres cuando no teníamos ni lo necesario para la Comunidad.
Encargada de la Liturgia, la preparaba siempre con esmero, máxime, en los tiempos litúrgicos, enseñando y entusiasmando a las jóvenes para que todo saliera bien, dar gloria a Dios y ayudar a vivir a las Hermanas nuestro rezo diario.
El libro de la “Liturgia de las Horas”, era su herramienta inseparable, para su oración y contemplación, de tal manera, que, las Hermanas le decían que, cuando la canonizaran, le íbamos a poner con el libro en las manos…, como distintivo de su amor e ilusión por la Liturgia.
Fue una hermana siempre muy obediente a los mandatos de su Madre Abadesa y acuerdos de la Fraternidad. Amaba a su Comunidad y a cada una de las hermanas, sin problemas, mujer pacífica y buena, agradecida a todos los detalles y cuidados que se tenían con ella con motivo de su enfermedad.
No nos quería ver “tristes ni “aburridas” –decía ella-, por eso siempre estaba dispuesta en las fiestas, santos y cumpleaños de las Hermanas a felicitarlas con cantos y poesías sacadas por ella misma. En Reyes, preparaba las “Cabalgatas” con los regalos, vistiéndose siempre de Rey Mago… Era una Hermana feliz y nos hacía felices a todas.
En la Comunidad, a lo largo de su vida tuvo los siguientes oficios, que la hacían así más HERMANA los que cumplió siempre fielmente con humildad y sencillez:
-         Discreta o Consejera de la Comunidad,
-         Tornera,
-         Maestra de Novicias y de jóvenes,
-         Encargada de la Liturgia.
Querida hermana “Puri”…, “nuestra Puri”… Te vas dejando un hueco muy grande en nuestro corazón… ¡¡¡NO TE OLVIDAMOS!!!
Preséntale a Dios tu Comunidad y a nuestra Federación… Dile que nos conceda el don de nuevas hermanas… ¡Las necesitamos!... Dile que la Obra es suya, Él verá lo que hace…
¡¡¡DESCANSA EN PAZ, HERMANA QUERIDA!!!

FINAL

Alabado seas mi Señor
por nuestra hermana Puri,
porque en su eterna sonrisa
hemos contemplado tu presencia amorosa
sosteniendo nuestras vidas.

Alabado, buen Dios, por su sencillez y alegría,
por esa fraternidad desmedida,
ancha siempre como tu bondad para con nosotras.

Alabado mi Señor porque de la liturgia hizo
lugar de encuentro, de acogida, de amistad.
Y en el Evangelio, y en el breviario,
se alimentaba de tu luz y eras su fuente y su fuerza,
su alegría y su descanso.

Alabado buen Dios por hacernos este precioso regalo.
Sor Purificación ha sido un don de tu amor a esta Comunidad,
un don entregado al mundo en la ofrenda de cada día,
en la sencillez de cada día,
en el cada día de tu gracia con nosotros.

Ha sido, mi Señor, reflejo de tu luz…
y no podemos dejar de darte gracias.

¡¡¡Gracias, Señor, porque la has creado!!!

En alabanza de Cristo. Amén.