Querida hermana María Teresa, paz y bien
Deseo que te encuentres bien junto a tus hermanas de fraternidad y de Federación.
Me dirijo a ti como Presidenta de la Federación Bética por dos motivos fundamentales. El primero es para unirme a vosotras en la acción de gracias a Dios por el don inestimable de Santa Clara a nuestra familia carismática, a la Iglesia universal y a todo el mundo. Su testimonio y escritos siguen inspirando a los hombres y mujeres de nuestro tiempo a dar la vida desde y para el amor. Eso es lo que en verdad cuenta, eso es lo que realmente llena y da sentido a nuestras pequeñas y grandes cosas de cada día. El amor, que es Jesucristo, nunca lo abandonó. También ayudó a otras hermanas a que no lo abandonaran (cf. 2CtaCl 13-14.17). Que el amor de Clara, Jesucristo (cf. 3CtaCl 15-19), nos mantenga firmes en la esperanza en todo momento y circunstancia.
El segundo motivo de estas letras es agradecer a todas las hermanas de la Federación vuestra oración continua a lo largo de estos años de andadura como Provincia de la Inmaculada. Os hemos sentido muy cercanos a nosotros en todo momento. Personalmente, siempre he confiado mucho en vuestra oración. Sé que ella me ha proporcionado mucha paz, alegría y fortaleza para llevar adelante la misión de Dios. Vuestra oración, vuestra fraternidad, vuestro servicio hacia nosotros lo he sentido de manera muy real. He sido testigo de que muchos hermanos en dificultad han sido sostenidos en muchos momentos de manera misteriosa. También he experimentado cómo se me ha dado una palabra con la que confortar o iluminar a algún hermano. Esto y mucho más os lo debemos a vosotras, queridas hermanas. Por eso, no me queda otra alternativa que agradeceros de corazón todo el bien que nos habéis dispensado, que me habéis dispensado en estos años de servicio como Ministro provincial.
Y la vida sigue, y entre los días 20-25 de septiembre próximo celebraremos el Capítulo provincial. Deseamos que sea un tiempo de renovación desde el Espíritu Santo. Sé que nos seguiréis acompañando en esos días fundamentales para nuestra vida y misión. También sé que seguiréis rezando por el nuevo Ministro provincial y su Definitorio. Y nos seguiremos acompañando como hermanos, tal como el Espíritu del Señor nos vaya dando a entender, al estilo de Francisco y Clara de Asís.
Sigo contando con vuestra oración para el desarrollo del nuevo ministerio en el que Dios me quiera poner a través de los hermanos. Contad vosotras con la mía y mi disponibilidad.
Recibe un abrazo fraterno y que Dios te colme a ti y a todas las hermanas de su amor por intercesión de nuestra hermana y madre Clara.
