Fraternidad de Santa Ana
El día de la Vida Consagrada, 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, ha sido un día en el que hemos celebrado, gozado y agradecido el don de la llamada y la fidelidad de Dios que nos acoge, aun en medio de nuestra pobreza y envía para ser testigos de su amor, como diría Santa Clara, espejos de Cristo, en primer lugar a la hermana que tenemos a nuestro lado y de ahí al mundo. Día para recordar y agradecer, no solo la propia vocación, sino la riqueza de carismas con que el Espíritu del Señor ha engalanado a su Iglesia.
Contiene conferencia de Mons. Carballo
Como cada día de diario, tuvimos la Eucaristía tempranito, en una celebración sencilla y entrañable y casi en privado por el reducido número de fieles, donde renovamos con María nuestro "Aquí estoy Señor ..."
En la tarde, una representación de
3 hermanas de nuestra fraternidad, se hicieron presentes en los actos que para este día había
preparado nuestra Archidiócesis de Mérida-Badajoz, a los cuales habíamos sido
invitadas por primera vez, también las comunidades de clausura.
Los actos comenzaron a las cinco de la tarde con una solemne Eucaristía, presidida por Mons Fray José Rodríguez Carballo o.f.m. y concelebrada por seis sacerdotes en la s.i. Catedral y a la que asistieron un nutrido grupo de hermanas y hermanos consagrados de la diócesis, destacando también la presencia de nuestras hermanas de la fraternidad de Almendro y de las madres carmelitas.
Fray José inició su homilía dando
gracias al Señor por el don de la vocación “Que el Señor renueve cada día en
todos nosotros, la respuesta gozosa a su amor gratuito y fiel y podamos en todo
momento revivir nuestro propósito de hacer siempre la voluntad del Señor y fiándonos
de él, (sé de quien me he fiado decía San Pablo) podamos decir con María,
modelo de todo consagrado: hágase en mí según tu palabra. Hágase tu voluntad, Señor”.
Y prosiguió con esta hermosa oración de alabanza a María: “Te bendigo y te
glorifico, ¡Oh llena de Gracia! has traído al mundo la misericordia que ha
venido a nosotros. Tú has preparado el cirio que tengo hoy entre mis manos. Tú
has aportado la cera para nuestra llama, cuando tú, Madre Inmaculada, has
vestido de carne inmaculada al Verbo Inmaculado, tú, su madre inmaculada”. Prosiguió
exhortándonos a los consagrados, a ser en medio de esas tinieblas de nuestro
mundo, un pequeño rayo de luz. Sed profetas de esperanza.
Terminada la Eucaristía, tuvo
lugar una conferencia dada por nuestro hermano Fray José en el Palacio Episcopal y acto seguido
un pequeño ágape, la cual os compartimos. Los encuentros fueron retransmitidos por el canal de youtube de la diócesis
Damos gracias al Dador de todo
bien, por tantos beneficios recibidos de su misericordia.
Homilía Completa
Conferencia