Convento San Benito y Santa Clara
Paz y Bien hermanas. En este artículo queremos compartir con vosotras los últimos acontecimientos singulares que ha vivido nuestra fraternidad.
Hora de oración con la Hermana Glenda
El día 26 de Enero, tuvimos una gran sorpresa que no esperábamos y que el Señor nos regaló. Esa tarde recibimos la visita de la hermana Glenda. A las 8, tuvimos un encuentro de oración en privado, al que nos acompañaron también las hermanas clarisas de Madridejos.
Fue un rato de oración ante el Santísimo y frente al Belén, que aún lo teníamos puesto, por la celebración de los 800 años del primer belén que representó nuestro Padre San Francisco en Greccio. En la celebración compartimos junto con las canciones de la Hna Glenda, algún versículo de la Biblia que el Espíritu en ese momento nos inspiraba, después de hacer un breve silencio meditativo. Fue emotivo y grandioso, ahí estaba el Señor, presente, habitando en nuestro corazón. Damos gracias al Señor por este gran regalo que nos ha concedido, y porque siempre está ahí cuando lo necesitamos. Porque nos ama y llama siempre a la puerta de nuestro corazón para que se lo abramos.
Celebración jubilar e Indulgencia Plenaria por los 800 años del Nacimiento en Greccio
El día 2 de febrero celebramos la Presentación del Señor, en la que contamos con una numerosa participación del pueblo. La celebración se inició con una procesión con velas encendidas, desde nuestro patio conventual hasta la iglesia.
El coro de la parroquia, nos acompañó con sus cantos. Después de la homilía hicimos la renovación de nuestra profesión.
Al finalizar la eucaristía, antes de entonar el canto final, como es de tradición en este día, el sacerdote invitó a las madres que se acercaran al altar con sus niños. Una vez allí, sentados sobre el altar los bendijo. Fue un momento muy entrañable y gozoso.
“Estamos llamados a ser signo creíble y luminoso del Evangelio (…) sin acomodarse a la mentalidad de este mundo, sino transformándose y renovando continuamente su propio compromiso” (P.P. Benedicto XVI)
También quiero compartir, con vosotras mi testimonio y dar gracias por estos veintitrés años de Profesión Temporal que celebré el 2 de febrero 2024, día de la Presentación del Señor y Jornada de la Vida Consagrada.
Es un gran regalo que el Señor me hizo. Cuando Cristo entro en el mundo dijo: “aquí estoy para hacer tú voluntad”. La humanidad Santísima del Señor Jesús es la Hostia pura, consagrada por el Espíritu Santo para ser presentada y ofrecida a Dios en holocausto de amor, por la salvación de todos los hombres.
Yo, hermana Isabel, fui presentada como ofrenda de amor agradable a Dios. Él es quien me tomó en sus manos y presenta al Padre celestial en el Espíritu, y que el Padre acepta lleno de gozo, como hija suya, entregando mi vida y mi corazón. Y como Él dijo: “aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”.
Ha sido y será un misterio insondable de amor en las entrañas de Dios, de entrega en una alianza nupcial con Dios, para la salvación de los hombres. En el silencio; presentada y ofrecida como Cristo de la mano de María, nuestra Madre, ante el altar del Señor y a la vista del mundo. Señalando así el “verdadero tesoro”. Una vida escondida en Dios, “disponible” en la obediencia, intrépida en la pobreza y acogedora en la virginidad fecunda” (s. Juan Pablo II vita consacreta).
El Señor ha estado grande conmigo, porque me ama, y me tiene consigo. Es misericordioso, bondadoso. Gracias Dios por el don de la vocación, una llamada a servirte y amarte.
Rezad por mí, para que siga en este camino clariano-franciscano, en la entrega y servicio a mis hermanas. Orad por mi perseverancia hasta llegar a la meta que el Señor me tiene preparada.
Y que por la intercesión de nuestros padres, San Francisco y Santa Clara, el Señor nos colme de bendiciones.