El pasado 12 de octubre, día de la Virgen del Pilar, nuestra hermana Mª de Jesús Nieto Marín, al oír la llamada de su Esposo, nos decía adiós con una mirada llena de ternura a cada una de las hermanas, que la acompañábamos en ese momento, dejándonos agradecidas por tanto don recibido por medio de su vida.
La hermana Mª de Jesús, nació en un pequeño pueblo de Badajoz, llamado La Morera, Y, ¡cómo quería Mª de Jesús a su pueblo! y ¡cómo lo ha dejado grabado en nuestros corazones!, su casa en la plaza, sus padres, sus hermanos, los vecinos de la Morera que ella nombraba, la Iglesia, su patrón San Lorenzo.
Sor Mª de Jesús nació el día 13 de febrero del año 1923, este año le celebramos entrañablemente junto a su familia sus 100 años.
Sus padres fueron Dionisio y Eladia, eran 11 hermanos: Juana, Juan, Dionisio, Alonso, Policarpo, José, María, Luis, Isabel, Crescencio y Gervasia, en religión María de Jesús.
Sor Mª de Jesús fue una mujer que desde pequeña comenzó a servir al Señor, su familia era una familia cristiana, que servía a la Iglesia en muchos sentidos, ayudando a sacerdotes en los tiempos difíciles de la persecución religiosa en España, al servicio de su Parroquia en cuanto necesitaban, ayudando a los demás.
Sintió la llamada del Señor en la vida consagrada como Hermana Pobre de Santa Clara en el convento de la Parra en Badajoz en el que ingresó el día 13 de agosto de 1950. El 7 de junio de 1951 tomó el hábito, el 17 de agosto de 1952 hizo su profesión temporal y el día 22 de agosto de 1955 su profesión solemne.
Cerrado el Convento de la Parra por falta de recursos para que las hermanas pudieran vivir, nuestra hermana pasó a formar parte del Real Monasterio de santa Ana en Badajoz en el año 1975, junto con las demás hermanas de aquella comunidad de la Parra, entre ellas nuestra hermana Sor Mª del Carmen.
En el año 1988, la Federación pidió al Real Monasterio de Santa Ana en Badajoz, hermanas para ayudar a esta Comunidad de Santa Clara de Belalcázar, ya que las hermanas eran muy mayores, y fueron enviadas las hermanas Sor Mª de Jesús con el cargo de Abadesa de la Comunidad y Sor Mª del Carmen, como Discreta.
Pasados los tres años, pidieron otros tres años más y finalmente decidieron pedir a su Comunidad de Badajoz quedarse en esta casa y seguir viviendo su vocación junto a las hermanas de esta Comunidad, como ha sido hasta el día de hoy.
Sus hermanas hoy queremos agradecer todo lo que hemos recibido de ella. Una hermana que toda su vida se empeñó en darnos buen ejemplo, era su proyecto de vida dar buen ejemplo a las hermanas y a todo el que se acercara a ella.
Las hermanas que formamos actualmente esta Comunidad podemos decir que ella nos enseñó a vivir como esposas enamoradas y atentas al Señor, buscando siempre la vida de oración e intimidad con El.
A Celebrar y amar la liturgia con un gusto exquisito, a amar la Eucaristía, la Adoración del Santísimo, a estar atentas a la Palabra, y compartirla entre nosotras. Nos enseñó a trabajar ante todo por la caridad y el buen trato a las hermanas y todas las personas. Nos enseñó a llevar una vida equilibrada entre el trabajo, la oración y el recreo con las hermanas, disfrutaba de todo y lo contagiaba.
Estar con ella era siempre estar agusto y ella junto a Mª del Carmen han sido el eslabón que han unido a las hermanas mayores que ya fueron despareciendo., con las que actualmente formamos esta Comunidad. Ellas han dado vida a esta Comunidad, atrayendo a nuevas vocaciones.
Una vida larga, pero una vida que ha dado VIDA, una hermana entregada a sus hermanas y a su vocación, queriendo solo una cosa ser fiel a la llamada que el Señor le hizo y de ahí ser fiel y obediente a los designios de Dios y a su Palabra.
El evangelio mientras pudo leerlo, no se apartó nunca de sus manos, ni de su corazón y su vida, la oración era el fundamento de su seguimiento, sus tardes eran para la lectura espiritual y para el trato con el Señor, que era lo más grande en su vida.
Nos decía muchas veces, “Si realmente nuestra fe fuera tan grande que creyéramos que el Señor está siempre presente en el Sagrario no nos moveríamos de su lado, no podríamos ni dormir”. El Rosario estaba siempre en sus labios, donde el Ave María era constante.
Responsable con su formación, no dejaba de informarse, de estudiar y leer para seguir creciendo en su vocación. Amaba a la Iglesia, intercesora constante de los sacerdotes y especialmente pidiendo siempre por los seminaristas.
Creativa, ingeniosa, alegre como ella sola, tenemos muchas anécdotas, que no dejarán de hacernos reír y de agradecer su paso por nuestra vida.
Los últimos años de su vida se ha abandonado completamente al cuidado de sus hermanas, creo que la fidelidad a su vocación y la obediencia se ha manifestado también en esta última etapa. Ha sido una hermana muy fácil de cuidar, de amar, de mimar.
A pesar de tener su demencia, creo que hasta hace muy poco tiempo cada vez que la terminábamos de asear, un gracias salía de su boca.
Su relación con el Señor, la fuente de su existir se mantuvo en su vida hasta el final. Cuando le hablabas de El, o le leías le Evangelio o le cantabas el amor de los amores, ¡cómo te escuchaba y como brillaban sus ojos ¡Como fue consciente hasta el último momento de que cuando comulgaba recibía al Señor, sabía perfectamente lo que hacía!
Agradecer también el haber podido compartir muchos momentos con su familia, que siempre han estado a su lado, ella nos ha hecho quererlos y sentirlos parte de nosotras, damos gracias también esta tarde por ellos, la familia Nieto Marín y su paso por esta tierra haciendo el bien y dando vida.
Podríamos seguir hablando ella mucho tiempo y creo que cada hermana, cada persona, que la hayan conocido podría hablar sin parar de todo lo que hemos vivido con ella.
Nuestra hermana forma parte de esta Comunidad ahora en la Iglesia Triunfante sigue formando parte de nuestra Federación, que precisamente en este Día Celebra el día de la Fraternidad Federal seguirá formando parte de nosotras porque una hermana no se pierde nunca.
“NUESTRA VOCACIÓN DE SER HERMANA ES VOCACIÓN DE ETERNIDAD”. PAZ Y BIEN