Pestaña

martes, 12 de abril de 2022

Carta del Ministro Provincial por Pascua

Fray Joaquín Zurera Ribó OFM
 
Considera la alegría de aquellas santas Marías, y especialmente de aquella que perseveraba llorando par del sepulcro cuando viese al amado de su ánima, y se derribase a sus pies y hallase resucitado y vivo al que buscaba y deseaba ver siquiera muero; y mira bien que, después de la Madre, a aquella primero apareció que más amó, más perseveró, más lloró y más solícitamente le buscó, para que así tengas por cierto que hallarás a Dios, si con estas mismas lágrimas y diligencias lo buscares.
(San Pedro de Alcántara, Tratado de la oración y meditación)

 

A todos los hermanos de la Provincia, a las hermanas contemplativas, a los hermanos laicos, a todos los que, de un modo u otro, estáis vinculados al carisma franciscano: El Señor Resucitado os dé su Paz.

El Aleluya pascual, que resuena en este día santo, nos envuelve interiormente para transformar nuestras vidas y orientarlas hacia quien es la razón y el ser de nuestra fe y de nuestra consagración. La noche se transforma en Luz; las tinieblas se disipan ante el Autor de la Vida que, triunfante, vence a la muerte para que no tenga más dominio sobre nosotros. Es la Vida la que se nos regala, y es la experiencia de alegría la que inunda a quienes en el amanecer del primer día se acercaron al sepulcro; las lágrimas, entristecidas por la pérdida, se cambiaron en lágrimas de alegría emocionada y contenida ante el hallazgo del Señor buscado.

Deja que también en ti prenda esa llama que te envuelva en tu día a día. Corre al encuentro del Resucitado, y que toda tu vida se deje guiar por su presencia. La Paz con la que saluda Cristo a sus discípulos es esa misma Paz que a diario inunda el corazón de quien ha vivido tal experiencia. No está todo perdido, y enciende en ti el deseo total de Dios, del Dios Amor, del Dios que en su infinita misericordia jamás nos lanza el reproche por nuestra ceguera, sino que nos trae la Luz para que comprendamos que es su paso por el Viernes Santo el que nos abre a la Vida para siempre. Y es precisamente a Cristo Resucitado a quien volvemos nuestra mirada, cuando estamos a punto de emprender una nueva etapa en nuestro camino provincial, con el único gran deseo de que esa Paz que llevó a los discípulos, temerosos y escondidos, sea la que salga al encuentro de quienes sufren el exterminio y el horror de la guerra, cambiando el corazón de quienes sólo alimentan afán de poder y dominio.

Esta vivencia que marcó a María Magdalena, fue la que le impulsó a abrir de par en par su ser para buscar al resto de los discípulos y dar el testimonio de lo que había vivido: que el Señor no se ha quedado en el sepulcro, que la muerte no apagó todo lo que ardía en su interior, que empieza nuestra tarea: sembrar el campo, construir la ciudad; porque sus ojos han visto y su corazón siente profundamente que el Señor está vivo, y en Galilea espera a quienes han mantenido firme la esperanza en medio de la oscuridad y el temor de la ausencia.

Caminemos, pues, también nosotros, vayamos juntos a esa Galilea del encuentro y dejemos que nuestros corazones se ensanchen y canten jubilosos la gloria del Señor glorioso. Ciertamente, Éste es el día en que actuó el Señor. Sal de tus sombras de muerte, del dominio de las tinieblas, y déjate llevar por la senda de la Vida, al Reino del Hijo donde te han trasladado por pura gracia. Recibe la Paz de Cristo, distinta a la que da el mundo, para sembrarla en cada corazón, en cada país asolado por la violencia y herido por el odio. 

         A todos, de corazón, feliz Pascua de Resurrección: ¡El Señor está vivo!

 En Madrid, sede de la Curia provincial, a 9 de abril de 2022

 Prot. N. º: 027 / 2022

 

Fdo: Fray Joaquín Zurera Ribó OFM

Ministro provincial