Memoria agradecida:
Gratitud lo primero a Dios por todo lo que ha hecho y hace en nuestra historia de salvación. Dios es el Sumo Bien, Todo Bien. De Él recibimos todo, el don de la vida, el ser sus hijos, el llamado a un carisma que ha suscitado el Espíritu Santo. De Él recibimos -por adelantado- la gracia para responder a la misión que nos encomienda.
Siguiendo en este recuerdo, agradecimiento a nuestros hermanos franciscanos que fueron los primeros en traer la Buena Noticia a nuestra tierra canaria, a todas nuestras hermanas en profesión que desde 1547 hasta la actualidad han entregado sus vidas a Dios en el silencio de la contemplación en esta Ciudad. Gratitud a Hermanas fundadoras venidas desde Sanlúcar de Barrameda y Baeza, con el paso de los siglos, hermanas que desde distintos puntos de la geografía peninsular (principalmente de Andalucía y Extremadura) que en distintos momentos apoyaron esta casa con su ayuda temporal. Gratitud a nuestras hermanas de Astudillo- Palencia, que con su venida en 1987 y años sucesivos, mantuvieron - con su vida de oración y entrega- la lámpara del Sagrario de este Monasterio siempre encendida, en años de escasez vocacional y con un edificio en ruinas. Memoria agradecida para con nuestras diócesis: Diócesis de Canarias (1404) y Diócesis Nivariense (desde su fundación en 1819) que en estos casi cinco siglos han cuidado, valorado y apoyado a las hermanas que hemos profesado vivir en pobreza, obediencia, castidad y clausura el carisma suscitado por el Espíritu a Santa Clara. Memoria agradecida a los organismos civiles (Gobierno central, Gobierno de Canarias, Cabildo Insular, Ayuntamiento), y a tantas y tantas personas que han contribuido en el mantenimiento de este edificio, bien de interés cultural. Es momento de reconocer públicamente la generosidad de tantas personas (a veces anónimas) que con su oración y/o ayuda material hacen posible que sigamos consagrando nuestras vidas desde el trabajo silencioso y la oración a presentar a Dios tantas necesidades de nuestro mundo y a ser esos faros que alumbran con la Luz del Evangelio en medio de las oscuridades de nuestro mundo. ¡GRACIAS A TODOS!
Fidelidad renovada:
Cuanta más conciencia tomemos del don de nuestra vocación, tanto mayor ha de ser nuestra acción de gracias y nuestra correspondencia a tanto bien recibido. Clara en su testamento nos dice: “Entre tantos beneficios como hemos recibido y estamos recibiendo de nuestro Padre de las misericordias por los cuales hemos dar gracias al Señor de la gloria, unos de los mayores es el de NUESTRA VOCACIÓN” (Test. Clara)
Volver a los orígenes, volver al Amor primero, a esa experiencia fundante que a cada hermana puso en nuestro corazón y en nuestros labios el Sí, Aquí estoy… Señor para hacer tu voluntad. Y, cuando esta experiencia late fuerte en nuestro corazón, cuando se está Enamorada…. – y de esto quien más quien menos tiene experiencia…- se nos nota, necesitamos expresarlo, no se puede contener… y esto nos ayuda a no caer en la monotonía, en la asedia espiritual…. El Amor es lo que hace que nuestro silencio en el claustro no sea sordo y que nuestro trabajo diario dé fruto abundante: que nuestras horas de oración litúrgica y personal sean antorchas que iluminan las tinieblas de nuestro mundo… y que nuestra vida escondida en el claustro interpele a muchos sobre el verdadero y único sentido de la VIDA (con mayúsculas)
Misión con responsabilidad:
Quien se sabe amado, necesita amar; quien es alimentado con el Pan de la Palabra y el de la Eucaristía, necesita alimentar a otros; quien ha contemplado al Amado en la Eucaristía, en el Evangelio, necesita vivir y dar lo contemplado… siendo en palabras de nuestra Madre Santa Clara: Espejo y Ejemplo. Celebrar este 475 aniversario nos hace recordar cuál es nuestra misión y tomar nuevas fuerzas para asumir con responsabilidad nuestra consagración a vivir el Evangelio sin glosa, siguiendo la invitación de San Francisco; nuevas fuerzas para -en palabras de Santa Clara- ser Espejos de Cristo para nuestras hermanas y para la humanidad, sosteniendo con nuestra vida entregada los miembros vacilantes de la Iglesia.
Contamos con vuestra oración, que sostenga nuestra consagración a Dios. Contamos con vuestra cercanía y apoyo. Contamos con vuestra presencia (en la medida de lo posible) en los actos que se programarán a lo largo de este año de gracia para nuestra Orden, nuestra Diócesis Nivariense y para esta comunidad. Se irán anunciando con anterioridad. Adelantamos la semana de Pro orantibus – Vida Contemplativa (6 al 12 de junio). También algunas conferencias, visitas guiadas en nuestro museo intentando incluir alguna actividad para niños, exposición temporal… Con tiempo se irá anunciando en la cuenta de Facebook Museo de Santa Clara y en Nivariense Digital.
Las hermanas clarisas de La Laguna