En este día ponemos bajo el amparo y cuidado amoroso de nuestra Madre, en la advocación de Loreto, a nuestra Federación, a cada una de nuestras fraternidades y a cada hermana en particular. Ella nos siga guiando y mostrando el camino, nos mantenga unidas en El para ser en medio de su Iglesia y de nuestras fraternidades espejo y testimonio del amor de Dios, que se nos ha revelado en Cristo.
Feliz día hermanas.