Pestaña

miércoles, 7 de agosto de 2019

Carta Ministro Provincial. Fiesta de Santa Clara

Fr. Juan Carlos Moya Ovejero, ofm
 
Madrid, a 9 de agosto de 2019
 Queridas hermanas, paz y bien
En nombre propio y de todos los hermanos de la Provincia Franciscana de la Inmaculada nos unimos a todas vosotras en esta solemnidad del feliz tránsito de Santa Clara al Reino de los cielos. Día muy señalado en el calendario franciscano- clariano, como también lo ha sido la reciente solemnidad de Nuestra Señora de Los Ángeles, bajo cuyo amparo comenzaron nuestros padres su andadura evangélica.

Fiados completamente de Dios, supieron responder a lo que les pedía a cada uno de ellos. Primero Francisco, a través de os de discernimiento logró entender que la misión que Dios ponía en sus manos no era simplemente restaurar algunas ermitas del entorno de Asís, sino reparar la Iglesia en su corazón herido. A tal fin contribuyeron los hermanos que se le unieron, como la misma Clara con su opción de vida contemplativa. Ella, conducida por la inspiración divina y apoyada en la palabra recibida de Francisco, hizo buena la profecía del fundador que la misma Clara recoge en su Testamento: «Venid y ayudadme en la obra del monasterio de San Damián, porque aún ha de haber en él unas damas, por cuya vida famosa y santo comportamiento religioso será glorificado nuestro Padre celestial en toda su santa Iglesia» (13-14).
Ella no tem a la inseguridad que venía dada por el hecho de vivir en el convento de San Damn, situado extramuros de la ciudad; tampoco se arredró ante la posible falta de recursos derivada de su firme opción por la pobreza. Su opción radical fue la que le expresa a Inés de Praga cuando le exhorta: fija tu mente en el espejo de la eternidad, fija tu alma en el esplendor de la gloria, fija tu corazón en la figura de la divina sustancia, y transfórmate toda entera, por la contemplación, en imagen de su divinidad, para que también sientas lo que sienten los amigos cuando gustan la dulzura escondida que el mismo Dios ha reservado desde el principio para quienes lo aman (3CtaCl 12-14). Amar a Dios sobre todo, ser testigos del amor de Dios ante este mundo, vivir la gratuidad de una vida entrega a Dios… ¡Cuánta misericordia recibiría Santa Clara de Dios para devolvérsela tan colmada!
En estos tiempos de inseguridad, de cambios, de adaptación a las nuevas circunstancias que nos vienen dadas por nuestra sociedad y por la misma Iglesia, la solemnidad de Santa Clara nos recuerda nuevamente que lo fundamental en nuestra vida es amar a Dios. No caben los temores ni las zozobras, tampoco podemos dejarnos vencer por nuestros prejuicios. Creo que se nos pide discernir mucho, escuchar mucho, orar con insistencia y confiar en que Dios sabe lo que se hace con nosotros. Si en otros momentos hemos dicho que el Señor nos ha bendecido con abundantes vocaciones, ¿por qué no hemos de ver en este tiempo la bendición de Dios en forma de un mayor discernimiento y una oportunidad renovada y fuerte para la confianza plena en su gracia y no tanto en nuestras fuerzas?
Que el Señor os siga iluminando con Su gracia, la que viene del Espíritu Santo y hace nuevas todas las cosas, y os colme de su alegría en este feliz día de la bienaventurada Clara de Asís.

Recibid un abrazo fraterno.

Fr. Juan Carlos Moya Ovejero, ofm
Ministro provincial