Pestaña

miércoles, 24 de diciembre de 2025

Carta del Ministro Provincial por Navidad

 

A los hermanos de la Provincia, a las hermanas contemplativas OSC, OIC y TOR, A los hermanos y hermanas de la OFS, a las hermandades y movimientos franciscanos

«Saltad de gozo por Dios, nuestro auxilio; aclamad al Señor, Dios vivo y verdadero, con gritos de júbilo. Porque el santísimo Padre del cielo, nuestro Rey antes de los siglos, envió de lo alto a su amado Hijo que nació de la bienaventurada Virgen santa María».
(OffPass XV,1.3)

 

El Señor te dé la Paz.

El Verbo se hace carne y viene a habitar entre nosotros: no cabe mayor motivo de gozo y alegría. Es algo a la vez sorprendente y extraordinario, que no siempre nos conmueve y emociona suficientemente. Se requiere alma de niño, capacidad de admiración y reconocimiento de la propia insignificancia y pequeñez, la nuestra, para que todo un Dios precisamente escoja este camino de sencillez y humildad, haciéndose el último y el servidor de todos.

Celebrar el misterio de la Navidad nos sorprende y nos mueve a mirar hacia lo alto, con la continua pregunta del porqué, a la que ningún razonamiento humano es capaz de alcanzar a entender. Nuestro mundo gime por la necesidad de la paz y de la justicia, por la igualdad y el respeto a todo ser humano; pero, a su vez, a nuestro alrededor hay demasiadas situaciones de dolor, de sufrimiento, de violencias, conflictos y desigualdades que parecen hacer inalcanzable nuestro sueño.

Sin embargo, la sorpresa acontece en el pesebre: los que alimentamos nuestro afán de protagonismo y de glorias efímeras, quedamos sorprendidos por el Dios que viene a buscarnos, no aceptando otro camino que el de la humildad y sencillez, en el que cuenta con la compañía de María y José, quienes sólo saben abrir las puertas al Salvador y dejar que Dios haga el resto.

Por eso, se nos regala el nacer de Dios para que también nuestra vida sea un nuevo nacimiento, dejando atrás toda atadura que ciega y abrazando lo que gratuitamente se nos da.

Pero, ¿a qué nos lleva el nacimiento de Dios en carne mortal?

a. Dios nace para que dejemos todo lo que hace opaco nuestro ser y abrirnos así a la contemplación del ser de Dios, el que sostiene, alimenta y alienta nuestro camino diario;

b. Dios nace para que volvamos a ser pobres, sin garantías que nos alejen de los pobres, de modo que, guiados sólo por la luz de las estrellas, lleguemos al ansiado encuentro con Él;

c. Dios nace para que nos perdamos de una vida cómoda y segura y aprendamos a encontrarnos en quien habita a la intemperie;

d. Dios nace para que sintamos la necesidad de cuidar el encuentro con los demás, con el deseo de saciar nuestra hambre de vivir en relación para cultivar lazos de amistad y fraternidad, de modo que envolvamos en la atmósfera del amor nuestra mirada, nuestro estar y nuestra acogida de cada uno como hermano o hermana;

e. Dios nace para romper resistencias, las que nos atan e instalan para no cambiar y recuperar la frescura y la disponibilidad para el proyecto que Dios nos tiene reservado a cada uno;

f. Dios nace para abandonar la orilla de la comodidad, de la rutina y de la mecanicidad, y pasar a la orilla que nos llama a dinamizar nuestro ser y estar, haciendo nuevas todas las cosas;

g. Dios nace para renovar la fidelidad a la desnudez, sin fantasías ni temores, sin apoyos ni agarraderas, sin nada, para confiadamente darse y entregarse del todo;

h. Dios nace, finalmente, para ofrecerse diariamente en un pesebre y ser don cada día para todos, de modo que, haciéndose Alimento de Vida, sostenernos en nuestra debilidad y alentarnos a acoger y aceptar nuestra propia fragilidad.


Vivamos con gozo estos días santos, acojamos con alegría al que es nuestro Señor y hagamos realidad el encuentro que transforma las vidas. Así lo vivieron los pastores o los sabios venidos de Oriente: regresaron a su país por otro camino, retornaron a sus vidas dando gloria a Dios y celebrando que la noche se hizo día, la tiniebla, luz, por el encuentro con el Salvador.

A todos os deseo una feliz Navidad y un nuevo año en el que resplandezca el Dios-con- nosotros, acogido, celebrado y compartido.

 

Madrid, a 20 de diciembre de 2025

Fdo.: FRAY JOAQUÍN ZURERA RIBÓ, OFM
Ministro provincial