Solemnidad de la Santísima Trinidad
“La vida contemplativa. Corazón orante y misionero”
Mensaje de la Comisión Episcopal para la Vida
Consagrada
Este domingo 16 de junio, solemnidad de la Santísima Trinidad, se celebra la Jornada Pro Orantibus. Los obispos españoles proponen como lema
“La vida contemplativa. Corazón orante y misionero”, a partir de la
constitución apostólica Vultum Dei quaerere del papa Francisco y la
consecuente instrucción aplicativa Cor orans.
Además manifiestan el agradecimiento y
el apoyo a los innumerables hombres y mujeres que esparcidos por la
geografía española mantienen vivo el ideal religioso de la vida
contemplativa.
Ofrecemos a continuación el mensaje publicado por los
obispos miembros de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada:
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Con la constitución apostólica Vultum Dei quaerere
del papa Francisco y la consecuente instrucción aplicativa Cor orans, la
vida contemplativa, especialmente la femenina, se encuentra inserta en una proficua
reflexión de cara a la adecuada puesta en práctica de las indicaciones
recibidas. Al mismo tiempo, en el horizonte eclesial se vislumbra cada vez más
cercano el mes extraordinario misionero, que viviremos en el ya próximo mes de
octubre.
En este contexto misionero, el Cardenal. Fernando
Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, ha
propuesto concretamente «que las comunidades contemplativas monásticas y
claustrales se dediquen a un ejercicio de oración y reflexión que pueda ayudar
a las Iglesias particulares, a los fieles y a los pastores en su tarea de
conversión y misión. En medio del mundo vosotros, hermanos y hermanas, gracias
a la radicalidad bautismal de vuestra vocación contemplativa, sois una señal
eficaz de la pertenencia filial de cada hombre a Dios. En la vida diaria
ordinaria de los monasterios y comunidades vivís la esencia cristiana que
representa el corazón de la misión, el centro del anuncio y de todo testimonio
evangélico. A nuestros hermanos monjes y a nuestras hermanas claustrales
debemos hacer referencia, para que todo, la humanidad y el mundo, puedan ser
transfigurados por la misión de Cristo y de su Iglesia, para la gloria de Dios
Padre» [1].
En esta línea, para la Jornada Pro orantibus de
este año proponemos como lema «La vida contemplativa. Corazón orante y
misionero».
Vida contemplativa. Corazón orante
Hace unos meses el papa Francisco invitaba a los
religiosos y religiosas contemplativas «a buscar constantemente el rostro de
Dios y a permanecer fieles a vuestra misión de ser corazón orante de la
Iglesia» [2].
La vida contemplativa es la voz orante de la Iglesia.
La oración que se eleva desde los monasterios es la voz de la Iglesia y de
tantos hombres y mujeres que no saben, no quieren o no pueden rezar. Esa
oración es la voz de tantas personas que sufren –emigrantes, discriminados,
abusados, encarcelados– que no saben cómo expresar su dolor e impotencia. Como
los que llevaron al paralítico, los monjes y monjas, con su oración, acercan y
posibilitan que la misericordia de Dios llegue a toda persona necesitada. Su
oración, como los brazos alzados de Moisés, se elevan para interceder ante el
Señor por el bien de toda la humanidad y la Iglesia [3].
La vida contemplativa es también testimonio y profecía
para todos nosotros. Nos enseña a perseverar en la búsqueda del rostro divino;
nos recuerda que el Señor debe llegar a ser nuestro tesoro, nuestro principal
bien, lo único que basta [4]. A la vez, nos ayuda a descubrir el valor de las
cosas y a usarlas como escalera para alcanzar la morada divina, nos testimonian
el modo de ver las cosas con la mirada de Dios [5].
En verdad, las comunidades monásticas, esparcidas en
los numerosos monasterios y claustros presentes en la geografía española, son
«verdaderas escuelas de contemplación y oración»6 para todos los bautizados.
Vida contemplativa. Corazón misionero
¡Cuánto os necesitamos, a vosotros, hombres y mujeres
que dedicáis vuestra vida a la oración y la contemplación! ¡Qué hermosa misión
la vuestra! «La Iglesia aprecia mucho vuestra vida de entrega total. La Iglesia
cuenta con vuestra oración y con vuestra ofrenda para llevar la buena noticia
del Evangelio a los hombres y a las mujeres de nuestro tiempo. La Iglesia os
necesita» [7].
Necesitamos vuestros corazones misioneros, que viven
constantemente encendidos de celo apostólico, porque no cesáis de contemplar el
rostro de quien es Camino, y Verdad, y Vida (cf. Jn 14, 6).
A este propósito queremos recordar a todos los fieles
unas bellas imágenes con las que el papa Francisco ha comparado últimamente a
la vida contemplativa [8].
Las personas consagradas a la contemplación son como
los faros en el mar. No son ellos el puerto, pero indican la ruta para
llegar a él. Cuando uno se ha perdido a causa del oleaje y del viento de la
vida, el testimonio de los monjes y monjas ilumina, como buen faro, cuál es la
meta a la que estamos llamados.
La vida contemplativa ilumina como luz de antorchas.
Tras indicarnos el puerto seguro, su luz nos acompaña en la travesía que
debemos recorrer. Es luz constante que guía nuestros pasos. Nos indica la meta
y el camino para llegar al destino. Es luz que permite caminar y ofrece una
suficiente confianza para caminar en medio de la noche oscura y tinieblas de la
vida.
Sus vidas de claustro y monasterio fungen como centinelas
mientras todos nosotros, quizás demasiados despreocupados, rondamos, activos,
en medio de quehaceres y responsabilidades de la vida diaria. Su constante
oración vigilante nos protege tantas veces y de modo imperceptible de riesgos y
tentaciones. Su testimonio de vida nos asegura, en medio de nuestro agobio de
cada jornada, que en cualquier momento podemos dirigir nuestra mirada a Aquel
que siempre ilumina nuestra oscuridad interior. Sobre todo, los monjes y monjas
nos gritan con su vida: «Hemos encontrado al Señor» (Jn 1, 40), «He
visto al Señor» (Jn 20, 18).
En este domingo de la Santísima Trinidad que la
Iglesia en España celebra la Jornada de la Vida Contemplativa –Jornada Pro
orantibus–, todo el Pueblo de Dios, junto con sus obispos, agradecemos el
corazón contemplativo y misionero de tantos hombres y mujeres que, desde sus
claustros y monasterios, no dejan de contemplar el rostro de Dios y de irradiar
su luz a todos nuestros corazones.
✠ Jesús E. Catalá Ibáñez
Obispo de Málaga
Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada
Obispo de Málaga
Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada
✠ Card. Aquilino Bocos Merino, CMF
✠ Joaquín Mª López de Andújar y Cánovas
del Castillo
Obispo emérito de Getafe
Obispo emérito de Getafe
✠ Román Casanova Casanova
Obispo de Vic
✠ Manuel Sánchez Monge
Obispo de Santander
✠ Eusebio Ignacio Hernández Sola, OAR
Obispo de Tarazona
✠ Luis Ángel de las Heras Berzal, CMF
Obispo de Mondoñedo-Ferrol
✠ Manuel Herrero Fernández, OSA
Obispo de Palencia
__________
[1] CARD.
FERNANDO FILONI, Carta del 3 de diciembre de 2017 a los Superiores y
Superioras generales, Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de vida
apostólica.
[2]
FRANCISCO, Mensaje con ocasión de la Jornada “Pro orantibus”
(21.XI.2018).
[3] Cf.
FRANCISCO, Vultum Dei quaerere, nn. 16-17.
[4] Cf.
FRANCISCO, Vultum Dei quaerere, n. 9.
[5] Cf.
FRANCISCO, Vultum Dei quaerere, n. 10.
[6]
FRANCISCO, Vultum Dei quaerere, n. 36.
[7]
FRANCISCO, Vultum Dei quaerere, n. 6.
[8] Cf.
FRANCISCO, Vultum Dei quaerere, n. 6; y Mensaje con ocasión de la
Jornada “Pro orantibus” (21.XI.2018).