Pestaña

viernes, 1 de agosto de 2025

Solemnidad de Santa Clara. Carta de los Ministros Generales de la Primera Orden

 ESCUCHAD HERMANAS

 Con ocasión del VIII Centenario del Cántico ''Audite, Poverelle''

 
A las Hermanas de la Orden de S. Clara, de la Orden de S. Clara Urbaniana, 
de las Clarisas Capuchinas

Queridas Hermanas Pobres de Santa Clara, Ke de multe parte et provincie sete adunate,

    Nosotros, Ministros generales franciscanos, os deseamos que ¡El Señor os de Su paz!

    En este Año Santo 2025, celebramos nos sólo el 800º aniversario de la composición del Cántico de las Creaturas, sino también de aquellas “palabras con melodía para las Pobres Damas de San Damián”, conocida como Audite, Poverelle, que San Francisco de Asís compuso «para la mayor consolación»[1], en el invierno de 2025. Los dos textos están particularmente unidos en el tiempo y en la experiencia de vida de Francisco. Podemos decir que casi se continúan e iluminan mutuamente.

Intención de oracion para el mes de agosto

Por el Consejo Federal
 

Queridas hermanas: Paz y Bien en el Señor, este mes clariano.

Clara fue la seguidora fiel de San Francisco de Asís, con el fundó la segunda Orden Franciscana o de hermanas Clarisas. Clara se preciaba de llamarse ”humilde planta de San Francisco…” 

Perdón de Asís

Desde el 1 de agosto hasta la medianoche del 2 de agosto, los fieles podrán ganar la indulgencia plenaria del Perdón de Asís, en todas las iglesias franciscanas del mundo. Puede ser obtenida por la persona que pide o por un difunto.

El Ministro general Fr. Massimo Fusarelli, en la apertura de este año, señaló, que a partir del Cántico de las Criaturas, deteniéndose en la estrecha relación entre Dios, la creación, la reconciliación, el perdón y la paz. «El perdón es una decisión voluntaria que libera del rencor y del resentimiento. Sin embargo, Francisco va más allá: es el modo de recomponer esa armonía original querida por el Creador, como camino de reconciliación integral», y continuó: «El Perdón de Asís nos recuerda que no basta con confesar los pecados individuales; estamos llamados a reconocer nuestra responsabilidad en las fracturas que hieren la casa común»