Pestaña

viernes, 13 de septiembre de 2024

Pascua de Sor Clara Nistal Martínez

La mañana del pasado día 2 de septiembre de 2024, era llamada a reunirse para siempre con el Amado, Sor Clara Nistal Martínez a los 82 años de edad, en la Fraternidad de Siruela. 

Os dejamos esta breve reseña escrita por Sor María, hermana de comunidad.

Sor Clara era hermana de Sor Mª Teresa Nistal Martínez, nació en Matilla de la Vega, León, el día 20 de diciembre de 1941. Ingresó en este convento de la Purísima Concepción, en Siruela, Badajoz, el día 18 de junio de 1956 a la edad de 15 años, tomando el hábito el 7 de enero de 1957. Hizo la Profesión Temporal el 28 de enero de 1958 y se consagro para siempre al Señor mediante la Profesión de Votos Solemnes el 22 de diciembre de 1962, tuvo que esperar hasta tener la mayoría de edad. 

Cuando ingresé en el convento ella terminaba de hacer los votos temporales. Al conocerla me quedé encantada: Su alegría, su sonrisa, su porte, su belleza física, su acogida fraterna…, me sorprendieron. Y creo que ésta ha sido su manera de ser toda la vida.

Con los años, pude comprobar que su amor más grande lo tenía centrado en la Sagrada Eucaristía, de ahí que la gustaba que fuese llamada “Sor Clara de la Eucaristía”, nombre que se puso en la toma de hábito. También era muy devota de la Santísima Virgen. Hizo el voto de Esclavitud Mariana, preparando sus fiestas con todo fervor. Y una devoción particular para ella fue la devoción a los santos Ángeles. No sé cómo, pero se sirvió de varias oraciones dirigidas a los Ángeles que reunió en un pequeño folleto y lo entregó a cada hermana de comunidad para que rezara todos los días a su ángel de la guarda. También, de forma singular, tenía devoción a las benditas almas del purgatorio, igualmente reunió varias oraciones para orar por las benditas almas y pedía a cada hermana que rezase todos los días estas oraciones por las almas del purgatorio.

En comunidad desempeñó cargos de responsabilidad, entre otros el de sacristana, portera, responsable del obrador, formadora, Abadesa.

Su enfermedad ha durado once meses, comenzando por demencia senil, y poco a poco se ha ido deteriorando lentamente. Durante estos meses al preguntarle ¿tienes dolores? respondía, no, se sonreía y daba las gracias, así hasta el momento de morir. Una muerte con mucha paz, se la llevó el Señor cuando en el altar se celebraba la Santa Misa.

Hermana querida, descansa en la paz del Señor, que Dios te tenga gozando siempre en su presencia con tanta y más alegría como vivías en la tierra.


Sor María Cendrero 
Fraternidad de Siruela