
Subsidio preparado por la Comisión para el Servicio de Fidelidad y Perseverancia
Recursos, Documentos de la Orden
El documento tiene
como objetivo reflexionar sobre el fenómeno de los hermanos que deciden
abandonar la Orden y sobre los motivos que acompañan a esta decisión. Nos
parece interesante como hermanas, compartir esta visión de una problemática
actual y que de alguna manera, tambien puede ayudar a nuestras fraternidades.
Objetivo del
Documento
Este Subsidio ha sido preparado por
la Comisión para el “Servicio de Fidelidad y Perseverancia” querida por el
Capítulo general de 2009 y reconfirmada por el de 2015. En su redacción, se
tomó en cuenta el camino recorrido durante el período de seis años 2009-2015,
que se presentó con un informe al Capítulo general de 2015, en el que se
expusieron brevemente algunas hipótesis de interpretación del fenómeno de los
abandonos y algunas sugerencias para responder de manera constructiva.
Partiendo de la convicción de que
todos los hermanos que permanecen en la Orden también son cuestionados por esta
realidad, se proponen pistas de reflexión y también itinerarios formativos que puedan
ayudarles a conocer e interpretar estos datos y, sobre todo, a fomentar su
fidelidad y perseverancia.
Los cambios culturales y el
progreso técnico de las últimas décadas, sin duda, han abierto nuevos
horizontes y nuevas posibilidades, pero también han reforzado un sentimiento
generalizado de incertidumbre sobre el futuro de nuestras sociedades. Si bien
muchos de los hermanos han crecido en un mundo aun esencialmente predecible o
al menos con riesgos calculables, los que han ingresado en las últimas dos
décadas han tenido que confrontarse desde el principio con una superabundancia
de propuestas en una sociedad con pocos puntos de referencia estables. Vivir su
vocación en un contexto marcado por la incertidumbre los enfrenta a nuevos
desafíos: “en algunas partes del mundo, vivimos inmersos en una ‘cultura de la
indecisión’, que considera imposible o incluso insensata una opción para la
vida. En un mundo donde las oportunidades y las propuestas aumentan
exponencialmente, es espontáneo reaccionar conelecciones siempre reversibles,
incluso si esto implica una mortificación continua del deseo”. Por tanto, la
tendencia a una “parálisis decisional” no concierne solo a los jóvenes, sino
también a los adultos que no saben cómo transmitir la belleza de una fidelidad
para toda la vida. (Documento F&P, p. 5)
Reflexionar y compartir
sobre la “crisis” como oportunidad de una “segunda decisión” vocacional
A menudo se encuentra una especie
de “impasse” o bloqueo relacional que no facilita un compartir que logre acoger
también los momentos de fragilidad y crisis de cada hermano. Este clima no
favorece la posibilidad de que un hermano en crisis vocacional pueda encontrar
en tiempo útil el valor de abrirse y de confiarse, en su situación de
dificultad, a los hermanos de su comunidad.
Una modalidad para obviar estos
inconvenientes podría ser la de prever en la programación de la Formación
permanente extraordinaria y ordinaria espacios que abran el camino hacia una
comunicación sobre algunos temas más cercanos a la situación existencial de los
hermanos. Se podría invitar a los hermanos a un compartir sobre temas como
estos: ¿cómo reacciono a las dificultades, pero también a las riquezas que
percibo en mi fraternidad actual? ¿Cómo se podría mejorar la calidad de la
comunicación y de las relaciones en comunidad? ¿Cuáles son los motivos por los
cuales algunos hermanos permanecen marginados de la comunidad? ¿Qué clase de
diálogo tratamos de mantener con ellos?
Se podría proponer el tema de la
crisis vocacional y de la inevitabilidad de una “segunda decisión” en el camino
vocacional de todo hermano.
El objetivo sería por una parte el
de “normalizar” el hecho de la crisis espiritual y vocacional, por otra el de
mediar una imagen más positiva del “permanecer” (más bien que del “huir”) en el
momento de la crisis… La crisis debería hacernos no sólo vigilantes, sino sobre
todo atentos a los signos de nueva vida dentro de nosotros y a nuestro
alrededor. Obviamente también sería conveniente en este contexto recordar que
de ordinario la crisis no la supera uno solo. Salir de la angustia y de la soledad
para abrirse a otro, muy a menudo es ya el primer paso para salir de la crisis
misma. Por lo tanto, sería necesario sensibilizar a los hermanos sobre la
importancia de buscar en tiempo útil la ayuda de un hermano, de un acompañante
espiritual o – si es necesario – de una persona con una calificación
profesional (psicológica y/o médica). (Documento F&P, pp. 49, 50)