Pestaña

miércoles, 10 de febrero de 2021

Jornada Mundial del enfermo 2021

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“Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros

sois hermanos” (Mt 23, 8)

“Cuidémonos mutuamente”

 

La Campaña del enfermo se inicia el 11 de febrero y concluye en VI Domingo de Pascua. El lema central de la Campaña de este año es: “Cuidémonos mutuamente”, con el tema bíblico “Uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos” (Mt 23, 8). “Nunca como ahora hemos sido llamados a darnos cuenta de cuánto la responsabilidad personal es un bien para todos. Quien acepta las reglas y el comportamiento necesarios para defenderse del contagio contribuye a limitarlo para los demás” (Carta del Abad General OCist para el tiempo de epidemia, 15-III-2020). 

1. Esperamos que esta Campaña del Enfermo nos ayude a tomar conciencia de la mutua responsabilidad y la necesidad de cuidarnos y acompañar la soledad en tiempos difíciles, siendo creativos y responsables.

2. La relación interpersonal de confianza es fundamento de la atención del enfermo. El proceso asistencial al enfermo no es únicamente un servicio profesional, algo que se realiza con un espíritu de servicio, un deber, sino que se convierte más bien en algo natural, fisiológico, en ayudar al otro, que es un hermano. Con mayor razón, puesto que se trata de una ayuda que no es solo física, sino también psicológica y espiritual, porque se dirige a la persona del hermano en su totalidad. Hay que volver a proponer aquella igualdad que existe, entre quienes necesitan ser atendidos y quienes les asisten. Una asistencia que se convierte así, en un testimonio de las relaciones fraternas que se deberían establecer en el ámbito de la Iglesia, con el objetivo de la curación. En el ámbito de la pastoral de la salud, incluso si ya no hay ninguna posibilidad de que el cuerpo mejore, se puede siempre actuar y aspirar a una curación. De hecho, la curación no solo significa recuperación física, sino que también significa la pacificación psicológica, la fe, la fuerza interior, el valor, la fuerza moral. es decir, la capacidad de no ir a la deriva, aunque el cuerpo se esté desmoronando (cf. Propuesta para la Jornada Mundial del Enfermo 2021, Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral).

3. Pueden ayudar algunas afirmaciones del Papa Francisco en las Catequesis con motivo de la pandemia:

  •  “La pandemia sigue causando heridas profundas, desenmascarando nuestras vulnerabilidades. Son muchos los difuntos, muchísimos los enfermos, en todos los continentes. (…) Por eso debemos tener bien fija nuestra mirada en Jesús (cfr. Hb 12, 2) y con esta fe abrazar la esperanza del Reino de Dios que Jesús mismo nos da” (5 de agosto de 2020).
  • “Ante de la pandemia y sus consecuencias sociales, muchos corren el riesgo de perder la esperanza. En este tiempo de incertidumbre y de angustia, invito a todos a acoger el don de la esperanza que viene de Cristo. Él nos ayuda a navegar en las aguas turbulentas de la enfermedad, de la muerte y de la injusticia, que no tienen la última palabra sobre nuestro destino final” (26 de agosto de 2020).
  • “La pandemia ha puesto de relieve lo vulnerables e interconectados que estamos todos. Si no cuidamos el uno del otro, empezando por los últimos, por los que están más afectados, incluso de la creación, no podemos sanar el mundo. (…) El coronavirus no es la única enfermedad que hay que combatir, sino que la pandemia ha sacado a la luz patologías sociales más amplias. Una de estas es la visión distorsionada de la persona, una mirada que ignora su dignidad y su carácter relacional. A veces miramos a los otros como objetos, para usar y descartar. En realidad, este tipo de mi- rada ciega y fomenta una cultura del descarte. (…) Pidamos, por tanto, al Señor que nos dé ojos atentos a los hermanos y a las hermanas, especialmente a aquellos que sufren. Como discípulos de Jesús no queremos ser indiferentes ni individualistas, estas son las dos actitudes malas contra la armonía. Indiferente: yo miro a otro lado. Individualistas: mirar solamente el propio interés. (…) Que el Señor pueda ‘devolvernos la vista’ para redescubrir qué significa ser miembros de la familia humana. Y que esta mirada pueda traducirse en acciones concretas de compasión y respeto para cada persona” (12 de agosto de 2020).
“Para salir de una pandemia, es necesario cuidarse y cuidarnos mutuamente. También debemos apoyar a quienes cuidan a los más débiles, a los enfermos y a los ancianos. Existe la costumbre de dejar de lado a los ancianos, de abandonarlos: está muy mal. Estas personas —bien definidas por el término español “cuidadores”—, los que cuidan de los enfermos, desempeñan un papel esencial en la sociedad actual (…) El cuidado es una regla de oro de nuestra humanidad y trae consigo salud y esperanza. Cuidar de quien está enfermo, de quien lo necesita, de quien ha sido dejado de lado: es una riqueza humana y también cristiana” (16 de septiembre de 2020).